Esta especia es muy valorada por sus bondades antioxidantes, antiinflamatorias y antimicrobianas, sin embargo, también se la ha asociado a reducir el riesgo de padecer diabetes.
¿Curcumina? Este es el principal compuesto que caracteriza a este condimento y tiene la capacidad de ayudar a reducir la resistencia a la insulina, además de favorecer la salud metabólica del organismo. También combate la inflamación, el estrés oxidativo y otros factores que pueden afectar a las personas propensas a tener diabetes.
Sistema digestivo: Estimula las secreciones gástricas y del páncreas. Por lo tanto, facilita la digestión y es recomendada en casos de dispepsia, gastritis o digestiones lentas. También resulta muy eficaz para las personas que padecen gases y cólicos.
Asimismo, esta especia es protectora del hígado y de la vesícula biliar, gracias a su efecto antiinflamatorio.
Alivio de la artritis: Los pacientes con síndrome del túnel carpiano y artritis reumatoide pueden beneficiarse de la capacidad de esta sustancia para tratar las inflamaciones.
Contra la depresión: Tiene efectos positivos sobre el sistema nervioso e inmunitario. Se usa para tratar el estrés, la depresión y otros trastornos similares.
Problemas respiratorios: Es un excelente remedio natural para la bronquitis y otros problemas respiratorios.
Comidas: Permiten añadirla en guisos, cremas, salsas o sopas, combinando especialmente bien con alimentos como el arroz o determinadas legumbres, como las lentejas o los garbanzos.
En la opción en polvo, algunas personas optan por diluirla en un vaso con agua tibia o en zumo de frutas.
También es común encontrar cúrcuma en cápsulas. Su uso en complementos alimenticios, con medidas exactas para potenciar sus beneficios, permiten aprovechar las capacidades antioxidantes y antiinflamatorias de esta especia.
En el caso de la infusión, suele ingerirse para simple disfrute del sabor de esta sustancia, más que para encontrar beneficios concretos a nivel de salud.