Es inmunoestimulante, es decir, excita el sistema inmunológico que nos protege de infecciones oportunistas.
Tiene efectivas funciones cicatrizantes y propiedades antiinflamatorias.
Es útil para el tratamiento de diversos padecimientos de la piel y problemas bronquiales.
Posee virtudes analgésicas y reguladoras del organismo.
Combinado con la miel es un regenerador celular
Tanto la pulpa transparente interior como la resina amarilla exudada obtenida al cortar una hoja sirven para curar granos, abcesos, forúnculos, algunos tipos de herpes, acné, verrugas, dermatitis seborreica, micosis, pie de atleta, callosidades y picaduras de insectos.
Tanto la pulpa transparente interior como la resina amarilla exudada obtenida al cortar una hoja sirven para curar granos, abcesos, forúnculos, algunos tipos de herpes, acné, verrugas, dermatitis seborreica, micosis, pie de atleta, callosidades y picaduras de insectos.
Ante quemaduras, regenera tejidos y ayuda a cicatrizarlos. Contribuye a disminuir dolores debidos a golpes, esguinces, luxaciones o dolencias musculares, artríticas y reumáticas. Puede emplearse en heridas, llagas, ulceraciones externas, escoriaciones y costras consecuencia de largas permanencias en cama.
En forma de té regula los sistemas circulatorio, respiratorio, digestivo, intestinal y reproductor; modera las secreciones del hígado, es decir, la bilis.
También es benéfica aplicada en articulaciones, tendones y músculos.
En forma de cataplasma la hoja o penca, con una hendidura a lo largo, se coloca sobre quemaduras, heridas, piel seca, infecciones por hongos o picaduras de insectos.
Para elaborar ungüento, abrir varias hojas de sábila para obtener gran cantidad de pulpa; cocerla hasta formar una pasta espesa y guardarla en frascos limpios y en un lugar fresco. Se utiliza igual que las hojas.
Al añadir cuatro cucharadas de pulpa a tres litros de agua hirviendo se preparan vaporizaciones para la congestión bronquial.
Para hacer jugo, se diluye una cucharada sopera de pulpa en medio vaso de agua y se toma de una a tres veces al día antes de las comidas.
No se recomienda su consumo oral a mujeres embarazadas ni a personas con hemorroides, ya que los glúcidos de la antraquinona que contiene la planta son purgantes.
El uso excesivo de las hojas puede producir vómito.
La piel de la penca es tóxica al ingerirla.